domingo, 30 de octubre de 2016

Autobús - Vuelta a casa 11.00 a.m.

Tratando, con denuedo,
de mantenerme despierto.
Un cartel luminoso me recuerda
dónde me hallo.
El monótono, invariable 
murmullo del motor
no hace más que extenuar mis sentidos,
frustrados,
por el anhelo de un colchón
en el que yacer.
Desesperanzado,
recuesto mi cabeza en la cortinilla.
Ya llegaré a casa.

Amanezco #4

A oscuras.
Ni un mísero rayo de claridad
se digna a filtrarse por la persiana.
De madera desgastada,
mohosa,
cerrada a cal y canto.
Resollo humedad
y mis fosas nasales me piden tregua.
El suelo, recubierto
de los últimos vestigios
de las tantas contiendas
que se habían librado horas antes.
Y la tengo a mi lado.
Amanezco.
Con ella a mi lado.
Comienzo el día.

viernes, 28 de octubre de 2016

Vuelta a casa 4.00 a.m.

Los sentidos se me evaden.
Cargo un paladar deshumedecido
y unos pies extenuados,
torpes.
Al fondo del bolsillo izquierdo,
el resonar de las llaves
mantiene insomnes
unos ojos desalentados.
Gritando te quieros 
ante un impasible vacío.



Amanezco #3

Entreabro los ojos,
envalentonados y decididos,
a sabiendas de su devenir.
Ni un paso atrás.
El agua gélida del grifo
rompe contra el lavabo.
Aviva mis sentidos.
Me rememora que he de emprender.
Me enfundo mis mejores pantalones
para intentar ensalzar esta autoestima
que deambula rozando el andén.
Comienzo el día.

jueves, 27 de octubre de 2016

Escritorio

El escritorio, de madera
anárquicamente desordenado,
iluminado bajo un flexo,
papel higiénico usado,
monedas de cobre desvalorizadas
que se cuestionan de qué manera
acabaron radicadas
bajo un embozo de polvo y pelusa.
Folios colmados de conocimiento
magullados,
ajados,
presos de una abulia
que les impide concederse
un mínimo significado.
Desahuciados.


Amanezco #2

Desconcertado,
demandándome una respuesta
acerca de cómo,
sin apercibirme,
las horas se habían sucedido
tan diligentes.
Como montando
un caballo árabe
se apresuraron a mi despertar.
Comienzo el día.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Abatido

Se abatió
mi cuerpo cansado
lagrimeando tus excusas,
suturando tus dobleces.
Se abatió
mi mente exhausta
sollozando tu adjetivo,
alentando mi apetito.

Antítesis

Veo paisajes afligidos
con tonalidades alborozadas,
al igual
que visto sonrisas taciturnas
y desvisto lágrimas optimistas.

Habitación

Con burocrática demencia
esperabas.
La celosía custodiaba el amargo estar
entre tales diques.

Amanezco #1

Amanezco tembloroso
por el frío
por el miedo
de mirar por la venta del décimo piso
y contemplar la rutina que no cesa.
Una taza de leche
medio vacía
y una cucharilla desazonada
por su incesante tintineo.
Comienzo el día.